Hoy salimos de la Plaza de España por la Calle Tarragona, en realidad una amplia avenida, con muchos edificios de oficinas modernos, que se traduce en muchos ventanales propicios a nuestras intenciones fotográficas.
Esta es una colección muy amplia, se compone de 94 fotos, que podéis ver también con otro formato en la colección Tarragona.
Pero a mí, de esta extensa colección, las que más me gustan son estas:
Y de ellas, ésta me hace mucha gracia. Me parece un velero de tres o cuatro palos, con todo el trapo desplegado:
Y cambiando de tema, últimamente me estoy fijando en la reacción de la gente cuando ve a un tipo haciendo fotos a algo que no tiene el mínimo interés, máxime cuando justo a sus espaldas hay un monumento arquitectónico o escultural, al que todos valoran como un bien cultural y los turistas vienen de lejos para fotografiar. Y eso es lo que hacemos, fotografiamos la obra de arte a través de un soporte espejo buscando el fotocubismo original, un efecto de surrealismo original, o algún otro efecto, en definitiva una deconstrucción original.
La primera reacción es pararse, miran hacia el lugar donde apunta el objetivo de nuestra cámara, nos vuelven a mirar a nosotros con una interrogación pintada en la cara, después continúan su camino con la mirada baja y moviendo la cabeza hacia los lados como para sacudirse la estupefacción de sus ojos. O quizás pensando este tío está pirao. ¿Puede ser?
Esta es una colección muy amplia, se compone de 94 fotos, que podéis ver también con otro formato en la colección Tarragona.
Pero a mí, de esta extensa colección, las que más me gustan son estas:
Y de ellas, ésta me hace mucha gracia. Me parece un velero de tres o cuatro palos, con todo el trapo desplegado:
Y cambiando de tema, últimamente me estoy fijando en la reacción de la gente cuando ve a un tipo haciendo fotos a algo que no tiene el mínimo interés, máxime cuando justo a sus espaldas hay un monumento arquitectónico o escultural, al que todos valoran como un bien cultural y los turistas vienen de lejos para fotografiar. Y eso es lo que hacemos, fotografiamos la obra de arte a través de un soporte espejo buscando el fotocubismo original, un efecto de surrealismo original, o algún otro efecto, en definitiva una deconstrucción original.
La primera reacción es pararse, miran hacia el lugar donde apunta el objetivo de nuestra cámara, nos vuelven a mirar a nosotros con una interrogación pintada en la cara, después continúan su camino con la mirada baja y moviendo la cabeza hacia los lados como para sacudirse la estupefacción de sus ojos. O quizás pensando este tío está pirao. ¿Puede ser?
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